¡Me legalicé en Panamá!: LA TRAVESÍA

La única foto que tome en el viaje

Cuando tome la decisión de venirme a Panamá, primero estuve 3 meses en un periodo de prueba, en ese tiempo, conseguí mi primer trabajo en Panamá y posterior a ello fui a pasar mi última navidad en casa.

Durante ese tiempo probatorio, cuando decidí que mi futuro lo queria acá, comencé a investigar las opciones para legalizarme, todos los paises tienen muchas oportunidades y beneficios, para poder disfrutarlos al máximo es necesario ser un residente legal.

Mi primera opción era el crisol de razas, programa creado a través de un decreto ejecutivo por el gobierno anterior. Este programa tenia y tiene sus detractores, ya que era un proceso fácil y sin tanto filtro, por lo cual afirmaban que así como entraba gente buena al país, también mala.

Los requisitos para aplicar a este permiso eran, tener un año viviendo en Panamá, que un panameño se hiciera responsable de ti y record policivo de tu país, apostillado, una tortura para los venezolanos, ya que esos trámites en Venezuela son demorados y complicados, entre otros documentos y por supuesto, la plata.

El carnet de residencia tenía un costo de $600 y el carnet de trabajo de $500 más el pago al abogado, que para el momento era obligatorio que un abogado panameño te gestionara los documentos, más gastos de notaría... un aproximado de $1300, depende cuanto te cobrara el abogado por sus honorarios.

Esa era la opción "fácil" ahora, la mejor y más costosa era aplicar por mi profesión. Esta visa otorga estatus migratorio, cédula a los 2 años, aunque se tiene que renovar anualmente el permiso de trabajo, el costo del trámite era, para ese momento más de $2000 y mi profesión es restringida para nacionales, aunque han habido excepciones, cosas de Dios o suerte, como se quiera ver.

Asi que, nos fuimos por la opción "fácil". Durante mi estadía en Venezuela, mi abogada me contactó para notificarme que habia una jornada y que yo aplicaba, lo cual me dio chance para gestionar los documentos necesarios de Venezuela. Todos mis ahorros de 3 meses de ardúo trabajo ahora tenían un propósito: legalizarme en Panamá.

Normalmente las jornadas se hacian en un estadio con aire acondicionado y las personas debian solicitar su cita a través de la web, así que sabian cuando entraban pero no cuando salian porque era un proceso muy demorado.

Pero como todo lo mio es especial y diferente, la jornada a la cual yo iba a aplicar iba a ser a 8 horas de ciudad de Panamá, en la majestuosa provincia de Bocas del toro.

Ahora, sumando los gastos que ya tenia el proceso, carnets, abogado y notaria, habia que incluir gasto de pasajes, comida y posible estadia. Cuando la fecha se acercó me faltaban $600 para completar. En ese momento aún existia el añorado cupo electrónico, así que me toco raspar el cupo de mi papá y mi hermana.

La fila para comprar pasajes era enorme, solo te vendian el pasaje con cita en mano y un día antes de la fecha. Llegó el día de irme a Bocas del toro, martes si no me equivoco, mi cita era el miercoles.

Me considero una mujer valiente, para algunas cosas, claro. Tener que viajar 8 horas en bus, de noche, sola y con tanto dinero en efectivo me tenia mal, además los nervios e incertidumbre por obtener o no los documentos.

La experiencia fue fuerte. Gracias a Dios el viaje estuvo excelente, tranquilo y sin demora. Me tope con gente buena, todo el mundo estaba para ayudarse. Cuando llegamos al lugar, Almirante, ¡sorpresa! Habia que tomar una lancha hasta isla Colon, allá era la jornada. El pasaje valía $5 nacionales y residentes y $6 turistas.

Más fila, más enorme que la anterior para comprar boleto. Era por orden de llegada, habia solo una parte con toldo y sillas. Hagarre más sol que una teja y más agua que un paraguas, caía el palo de agua y salia el sol, asì, varias veces el mismo día.

Tuve que comprar las bolsas negras más caras de mi vida, $3.50 normalmente valen $.099, para envolver mi cartera y maleta. 

No tenia apetito por los nervios, me habia llevado una bolsa de pan con jamon y queso, como siempre, para todos lados que voy llevo algo para picar, "por si acaso". 

Cuando por fin llegué a la parte del toldo y sillas ya era de noche, ya tenia 12 horas ahí. A las 10pm me toco pasar a entregar mi documentos.

De ahi en adelante el proceso fue  "rápido", en comparación al resto del día que no se movió nada. Dentro de la escuela habian sillas en todos los lados, en ese orden iba la fila. Me sentaba en una silla me dormia 1 o 2 minutos y así. A las 6 am llegué a la estación importante, donde me decian si o no. Resulta que yo tenia varias entradas y salidas a Panamá, pero, contandolas bien faltaban pocos días para el año, habian cuentos que en jornadas anteriores le negaban el permiso a personas que les faltaba un día, asi que tenia los nervios de punta. Gracias a Dios, a las 7am me llamaron para la foto, imaginense mi cara, y me llamaron para entregarme el carnet. Aún me faltaba el carnet de trabajo.

La cola en el banco para pagar era enorme, como todas las anteriores, en  ese momento yo andaba por obra de Dios. No podia con mi alma. Después, cola para la foto, total, a las 12 del medio día me entregaron mi carnet de trabajo.

Ahora si, ¡a comer! Los panes estaban casi que completos, si me habia comido 3 era mucho.

A las 3pm salía el autobus a Panamá, llegué a las 2am a la ciudad. Olia a mochilero, nunca pude bañarme ni dormir bien ni hacer mis necesidades bien. 

Fue una experiencia muy dura, una travesían pero definitivamente, valió la pena. Gracias a haberme legalizado encontré un buen trabajo, pago mis impuestos y seguro social, soy una residente productiva y agradecida con el país por darme la oportunidad de surgir en su suelo.

Pd: también quedo pendiente ir a conocer Bocas del toro😍 las playas son hermosas y los hoteles o hostales 😱 uno más impactante que otro.